domingo, 13 de enero de 2013

Capítulo I

Las doce de la mañana, Londres.
Un día nublado, tal vez como cualquier otro. El viento balanceaba suavemente los árboles mullidos de hojas verdes, mientras caían lentamente hacia el suelo.

-Estoy algo cansada...tanto estudiar para luego sacar un cuatro en el exámen de física. ¿Es que no se dan cuenta de mi problema? Soy una cerebrito que se pone nerviosa en los exámenes, ¡tenían que hacerle un estudio a cada alumno para que tenga diferentes posibilidades acorde a cada uno! No es justo que YO, o sea, YO, Riss Etqui, pueda sacar matrículas y no las saque por culpa de esos pequeños bichejos, los nervios.

-Relájate Riss, habla con el profesor, coméntale tu problema, o simplemente busca técnicas de relajación para los exámenes, y tal vez tu nota mejore.

-Pero Angie, ¿no lo entiendes? Ah claro, que tú no estudias para nada, y sacas ochos. Para qué digo nada.

-¿Perdón? No es que no estudie, ¡es que se me queda con facilidad! Ahora soy yo la que necesita ayuda, ¿no es así? Bueno, pues me voy, ya sabes que el agua y la electricidad no se llevan bien.


Me quedé sentada sobre la hierba en la que estábamos apoyadas, viendo como Angie se iba llorando. Me sentí mal, creo que me porté un poco... mal con ella.
De todas maneras, estoy rara hoy... No suelo ser así de borde. Bueno, sí, soy borde, pero no suelo demostrarlo. Me dio pena porque Angie no hizo nada para tratarla así.
Me fui a casa, con la esperanza de encontrarme un e-mail de Angie, o un sms en el móvil, pero llegué y no había rastro de ella. Esta vez tenía razón, no tiene por qué arrastrarse ella a mí si fui yo la que se portó como una estúpida.

Fui a su casa después de hacer los deberes, y estudiar. La pedí perdón, la dije que lo sentía muchísimo, que estaba deprimida, porque luego las notas van al expediente académico y se refleja lo que yo saque en los exámenes, y no quiero que salgan suspensos como si fueran gotas de lluvia, que me entendiese... dije de todo.
Me dio un abrazo y me dijo:

-No te preocupes, no te lo tomo en cuenta pero a veces, me hago la enfadada para que aprendas que no puedes ir así. Tienes que tranquilizarte, pensar cómo solucionarlo.

-Vale, gracias. Lo haré.

Decidí estudiar todos los días, y ponerme frente a toda mi familia, a recitarles la lección, algo que resulta muy embarazoso, mis padres al final no me hacen caso, por plasta, y mi hermana Delia pasa de mí.
También, cuando iba por la calle, me ponía a cantar en alto las fórmulas de peso, masa, velocidad, empuje, etc, que creo que es más vergonzoso aún. La gente me miraba raro.

Al llegar a un exámen, me sentaba en la mesa, con los brazos tapando el exámen, (odio que me copien), y con el estuche a la izquierda de éste, me relajaba, respiraba hondo, soltaba el aire, y escribía. Pensaba detenidamente. El resultado del último exámen fue un siete con veinticinco centésimas. He mejorado muchísimo, y todo gracias a Angie. Por algo es mi mejor amiga, si no... ¿para qué estaría ahí?



sábado, 12 de enero de 2013

Sipnosis.

Riss Etqui, una chica divertida, plasta hasta decir basta, pero muy buena persona.
La ocurren una serie de cosas en su vida que hacen que cambie para siempre, o al menos para un tiempo,
puesto que la gente la conoce como ''Riss, la invisible'', porque parece no ser nadie.
Cuando la ocurre la mayor sorpresa del mundo para ella, se siente bien, porque por fin podrá demostrar a las personas quién es.